Después de que los Estados Unidos detonara la bomba atómica en Hiroshima el 6 de Agosto de 1945, la Casa Blanca restringió la circulación de imágenes de los efectos devastadores de la bomba. El presidente Truman envió personal militar y civiles, incluyendo fotógrafos para registrar la destrucción como parte del estudio estratégico de los bombardeos por parte de Estados Unidos. El objetivo era fotografiar y analizar metódicamente el impacto de la bomba y sus efectos en los materiales alrededor del sitio de detonación, la primera «Zona Cero» había nacido. Las inquietantes, y alguna vez clasificadas imágenes de aniquilación, fueron la base para la arquitectura de defensa civil en Estados Unidos. La exhibición, realizada en Mayo en el Centro Internacional de Fotografía en Nueva York «Hiroshima: Ground Zero 1945» sin duda atrapa la memoria de los momentos más oscuros del siglo XX.